Hasta que termine la campaña la rutina estará marcada por estaciones oceanográficas con CTDs y por un par de fondeos. Nuestro siguiente objetivo es navegar hasta prácticamente la frontera con la zona económica exclusiva rusa donde KOPRI instalará el fondeo más grande de la campaña para caracterizar las aguas que entrar en el giro de Beafourt.
Avanzamos entre niebla y hielo hasta que nos topamos con un sistema de baja presión «et voila», cielos claros y buena visibilidad. Precisamente las condiciones ideales para trabajar en el hielo nos llegan con una semana de retraso.
La vida sigue en el buque, Manuel burbujea hielo y agua de Melt-Ponds para buscar indicios de aerosoles. Los demás seguimos trabajando en proyectos personales relacionados con nuestros respectivos ámbitos de investigación. También pasamos mucho rato en cubierta o en el puente, aprovechando la visibilidad. Cada cierto tiempo vemos focas y donde hay focas tiene que haber osos…
Desde cubierta ocasionalmente se ven huellas de osos e incluso de un zorro siguiendo a un oso, pero hasta ahora pocos animales desean acercarse a un bloque de metal rojo de unos 110 metros de largo.
Finalmente, y como guinda del pastel, cuando solo nos quedan 2 días para volver a la costa de Alaska avistamos un pequeño islote de hielo aislado en mitad del océano con una osa y sus dos cachorros.
Aunque esta imagen este tan asociada al calentamiento global no deja de encerrar una gran y triste realidad, con la desaparición del hielo en los polos no solo cambia nuestro clima sino que también destruimos el hábitat de especies únicas condenadas a la extinción.
Nuestros errores no deberían resonar en el futuro de nuestros hijos, si no cuidamos mejor nuestro hábitat acabaremos dejándolo como la costa de la Barceloneta cada vez que llueve mucho, ni los colectores de la ciudad ni el planeta se pueden permitir nuestra indiferencia.