Mi nombre es Oriol Sanchez Garcia, de formación Ingeniero Electrónico. Tengo la suerte de haber recogido el testigo de Markus Olsson como ingeniero de proyecto del programa de boyas de hielo de alta precisión del Instituto de Ciencias del Mar.
Este proyecto es sin duda alguna producto del físico Pedro Elosegui cuya trayectoria profesional prácticamente le ha llevado de la astrofísica hacía el uso de sistemas de posicionamiento global como instrumentos científicos finalmente aplicados a la glaciología (el estudio del hielo).
Bajo estos antecedentes me in
corporé al grupo en 2014 donde empezamos a gestar lo que es a día de hoy la tercera generación de boyas SATICE.
El día a día en un laboratorio de desarrollo de tecnología para ciencia de vanguardia en un centro de investigación pública es curiosamente estimulante para personas con mucha imaginación. Somos un equipo pequeño y de recursos limitados por lo que muchas veces hay que remangarse, romperse la cabeza y meter horas para conseguir que todo funcione correctamente. Aún así la recompensa de ver como un sistema que has trabajado cobra vida y retorna datos válidos ya vale la pena.
Como conclusión a todo lo que he visto y vivido en este proyecto, si un desequilibrio tan pequeño en el hielo puede acabar provocando un efecto en cascada tan negativo para el sistema climático global, de la misma manera una pequeña acción positiva tomada por la sociedad puede ser algo increíblemente beneficioso para el clima. Acabo cerrando esta reflexión parafraseando al inmortal héroe de una generación, el Capità Enciam: «Els petits canvis son poderosos» (1).
(1) Los pequeños cambios son poderosos.
Campaña Polar SATICE 